Dubrovnik es la capital del condado de Dubrovnik – Neretva.
Se encuentra a unos 500
kilómetros de Zagreb. Está rodeada por una gran muralla
que fue construida en el siglo X, fue restaurada en el siglo XVII; su longitud
total es de casi 2
kilómetros , tiene 6 metros de ancho y 25 de
altura.
Cuando se construyó, todos los visitantes de la ciudad
estaban obligados a pagar una piedra como tributo; de esta manera,
contribuyeron a levantar la muralla.
Cogimos el avión en Bilbao, nos dirigimos a Valencia para
coger más pasajeros y de allí al aeropuerto de Dubrovnik. Este está situado a
poco más de 20
kilómetros de la ciudad. El camino hasta Dubrovnik es
una carretera de montaña, llena de curvas, por lo que se tarda más de media
hora en llegar.
Su población ronda los 50.000 habitantes y en 1997 fue
declarada Patrimonio de la
Humanidad por la
UNESCO , debido a su gran riqueza artística e histórica.
En mi opinión, es una ciudad muy completa para el turista,
es un destino vacacional que tiene de todo: importantes iglesias, palacios o
Catedral; pero, además, su oferta gastronómica es muy variada, la ciudad está
llena de bares y restaurantes de todo tipo, lo que hace que el ambiente en sus
calles sea fenomenal.
Lo primero que os recomiendo es que os deis un paseo por su
muralla. Cuesta alrededor de 3 euros, puedes hacerlo a tu ritmo y durante el
mismo tienes unas vistas increíbles de la ciudad, tanto de su parte interior
como de la exterior; te sorprende ver como muchas casas forman parte de la misma.
Ese fue un aspecto que me llamó mucho la atención, te puedes hacer una idea de
cómo podía ser la vida por aquel entonces. La muralla es imponente, alta y muy
sólida, con razón nunca ha sido conquistada.
A continuación, os aconsejo circular por la calle Placa , es la
principal avenida de la ciudad, se llega a ella a través de la puerta Pile ; según
entramos, lo primero que nos encontramos es la fuente de Onofre en el lado
derecho. Probad su agua, porque sale fresca fresca.
Es la calle más transitada de Dubrovnik, por momentos se
hace difícil, por no decir imposible transitar por ella; aun así tenéis que
llegar al final de la calle, allí encontraréis la Iglesia de San Blas y el
Palacio Sponza, dos verdaderas joyas que recomiendo visitar.
En la zona también podéis visitar el monasterio franciscano
del siglo XIII; en su interior tiene la farmacia más antigua de Europa.
Al llegar al final de la calle Placa, girando a la derecha, nos encontramos con la Catedral , de estilo
barroco y dividida en 3 naves. Justo antes de llegar hasta ella está situado a
la izquierda el Palacio del Rector, que en la actualidad alberga el Museo
Histórico Cultural.
Como actividad complementaria, os recomiendo la navegación
alrededor de la isla de Lokrum, situada a unos 700 metros de la costa;
el trayecto dura menos de una hora y su precio es de 10 euros, a pesar de que
creo que es un poco caro, merece la pena hacerlo, ya que es un paseo muy agradable.
Los amantes de la playa también tienen su espacio, aunque no
os las imaginéis de arena; aquí lo que más predomina son las piedras.
Se trata de una gran ciudad, llena de vida y con numerosas
atracciones turísticas que visitar.
Unas fotos muy chulas de Dubrovnik!!! Qué buenos recuerdos... es una ciudad que me encantó.
ResponderEliminarNunca había imaginado que Dubrovnik tendría tanto patrimonio por visitar. Muy buena aportación.
ResponderEliminarUn saludo, Vero.