Pura Vida
Costa Rica era un destino bastante conocido para los
turistas norteamericanos, pero en los últimos años se ha vuelto muy popular
entre los europeos; principalmente, los españoles.
Este pequeño país centroamericano tiene frontera con
Nicaragua y con Panamá, sus costas son bañadas por el océano Pacífico y el mar
Caribe. Su población supera ligeramente los 4 millones. Como curiosidad, os
diré que Costa Rica tiene más superficie marítima que terrestre.
Es uno de los países con mayor diversidad de flora y fauna,
casi la mitad del país está cubierto por
bosques y selvas y el 25% se encuentra protegido.
Nuestro primer destino fue la capital, San José, me pareció que estaba un poco descuidada, comparándola
con cualquiera de las capitales europeas tiene mucho qué mejorar, daba la
sensación de ser una ciudad apagada, oscura; aunque parecía segura, en ningún
momento tuvimos sensación de inseguridad.
A continuación, nos dirigimos a Tortuguero, el viaje hasta allí se nos hizo largo, ya que, tuvimos
que coger, primero, un autobús y después lanchas en las que recorrimos los
canales hasta llegar a nuestro destino. También tengo que deciros que el
esfuerzo merece la pena, porque cuando llegas te olvidas de todo.
Nuestro hotel estaba situado en plena selva. Tenía una zona
de recepción y las habitaciones eran casitas de madera a las que accedías por
pequeños paseos que iban atravesando la selva. Me pareció una gozada porque el
contacto con la naturaleza era total.
Nuestro siguiente destino fue el pueblo de Puerto Viejo de Talamanca, en la
provincia de Limón.
En mi opinión, era un pueblo curioso, la vida en él era muy
tranquila y sin ningún estrés. Yo destacaría sus playas, aunque había muy poca
gente en ellas. Era un pueblo pequeño; ideal para pasar unos días relajado,
pero sin estar allí mucho tiempo, terminarías aburriéndote, porque no había
mucho qué hacer.
El cuarto destino fue Arenal,
allí podéis visitar su famoso volcán, con sus fumarolas que nos recuerdan que
todavía está activo. Considero que el pueblo de La
Fortuna está mucho más hecho que el anterior, con una
serie de servicios y con una población considerable.
Dejando Arenal, nos dirigimos a Monteverde, lo peor, sin lugar a dudas, era la carretera que había
para llegar, sin asfaltar y por momentos se volvía peligrosa; desde mi punto de
vista, el pueblo no era gran cosa, aunque si vais por allí no podéis dejar de
visitar la reserva del Bosque Nuboso, veréis especies curiosas y desconocidas.
A mí, personalmente, me gustó mucho.
Nuestra siguiente parada fue Manuel Antonio, fue nuestro destino menos “selvático” y eso que
visitamos su parque natural; pero tuvimos muchos más ratos de asueto; yo la
califico como la etapa playera de nuestro viaje. Fue un destino muy placentero
que nos sirvió para olvidarnos un poco del ajetreo del viaje.
Por último, Corcovado,
en mi opinión, el lugar más salvaje de todo el país, se ha conservado casi
puro, con deciros que hasta hace bien poco no había ni móviles ni teléfono
fijo, os digo todo.
Para llegar al hotel tenías que desembarcar en la playa,
saltar al mar con la maleta a cuestas.
Fue un destino que me gustó porque la vida allí es muy
diferente a la que conocemos y haces cosas que aquí ni te las planteas.
En definitiva, Costa Rica es un gran país que os recomiendo
visitar.
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